Julie van der Vaart
(Maastricht, Países Bajos, 1988)
En 1417, el humanista italiano Poggio Bracciolini descubrió en la biblioteca de un retirado monasterio del sur de Alemania el manuscrito de una gran obra olvidada. De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), el poema del latín Lucrecio que recogía la teoría atomista de Demócrito y la visión materialista del mundo de Epicuro. Según esta concepción, se establecía toda una explicación del universo y una filosofía de la vida humana que rechazaba el temor a los dioses ya la muerte. La estructura de la realidad estaba conformada por átomos, vacío y nada más. Aquel libro influyó en el cambio cultural e ideológico que dio lugar a la modernidad y las actuales teorías científicas.
Uno de los físicos creadores de la teoría de la gravedad cuántica de lazos, Carlo Rovelli, en su obra La realidad no es lo que parece, escribe: “Esta inmesa danza de átomos no tiene ninguna finalidad, ningún propósito. Nosotros, como el resto de la naturaleza, somos uno de los muchos resultados de esta danza infinita”.
Una cita que recoge la fotógrafa Julie Van der Vaart para presentar su trabajo The dance (La danza). Una serie de cianotipias sobre papel japonés Kozo que quieren mostrar el conflicto interno de la autora que oscila entre su pasión por la ciencia y una necesidad espiritual a veces reprimida.
La cianotipia es un procedimiento fotográfico monocromo para obtener copias en un color azul de Prusia. Curiosamente, fue inventado por el astrónomo inglés Sir John Herschel, en 1842, y fue la botánica Anna Atkins que le llevó enseguida a la práctica para documentar helechos y otras plantas.
Un proceso de origen técnico-científico que incorpora Julie Van der Vaart para evidenciar la materialidad física de su obra basada en la experimentación de las técnicas analógicas de revelado de la imagen.
Sus temas son la subjetividad del tiempo, la inmensidad del cosmos, la mortalidad, la naturaleza, la ciencia y la búsqueda de una espiritualidad.
Esta serie muestra unas fotografías de significación cósmica y un evidente efecto atemporal: fragmentos de cuerpos desnudos que parecen desvanecerse en el espacio y paisajes eternos fuera de los límites del tiempo. Una naturaleza indisoluble ya la vez evanescente.